Hola Vigías!
Aprovecho la oportunidad que me da escribir mi primera crónica para dar las gracias todos y todas por haberme hecho sentir desde el minuto uno como uno más de esta familia que somos.
Gracias por los entrenos, los consejos, los ánimos y las chocadas de mano que nunca faltan.
A la dirección por su desinteresada dedicación, especial agradecimiento a Jordi Capilla por haberme introducido en el club.
Dicho esto empiezo mi crónica con las sensaciones de la noche anterior a la cursa, cuando te preparas la ropa, el chip, dorsal y demás sabiendo que vas a una carrera relativamente fácil, donde vas a ver a un montón de amig@s en ambiente totalmente festivo, donde no vas a sufrir en exceso, donde lo importante radica en la satisfacción de colaborar en una buena causa. Sé de la importancia que tienen estos actos para los enfermos y sus familias, un soplo de aire fresco para que no pierdan la esperanza, para no sentirse olvidados.
Llego a la zona de salida y lo primero que veo es una carpa naranja con música, como no… Vigias sonriendo y charlando relajadamente, me gusta.
La carrera empieza con una bajada importante, pinta bien, esto esta chupado, una cursa de las rápidas, un paseo, buena marca personal y para casa…. iluso de mi.
Estas sensaciones duran poco, al girar por no sé que calle comienza el paseo de la Salud, como no consigo sincronizar la respiración con mis piernas voy asfixiado toda la carrera, al llegar al parque y subiendo las escaleras paso a una señora que hacía la carrera caminando y me grita un .. Vamos Vigia!. Me anima, aprieto y mi orgullo de pertenencia hace que me gire y le suelte una sonrisa.
Cuando llego a la rotonda y veo a compañeros tiro todo lo que puedo y vuelta a empezar, la segunda vuelta mucho más suelto y disfrutando de la competición, que al fin y al cabo es de lo que se trata.
Vamos Vigias!!!!
Carlos.